Nuevo paradigma inmobiliario en tiempos de Coronavirus - 2º Parte
11/05/2020
Lic. Mario Gomez
Director de Le Bleu® Negocios Inmobiliarios
Es probable que aparezcan oportunidades en el mercado. Los momentos más bajos del ciclo suelen presentar oportunidades. Habrá desarrolladores inmobiliarios dispuestos a vender unidades a precio de costo, a fin de obtener el financiamiento que necesitan para finalizar sus emprendimientos y habrá propietarios de unidades usadas que tengan necesidad imperiosa de vender.
Asimismo, es de esperar que el comportamiento no sea homogéneo. Los mercado mas consolidados serán los menos permeables a bajas de precio (los agentes económicos prefieren deshacerse de los activos que consideran de peor calidad). Veremos una gran polarización: mientras que algunos mercados, productos y áreas geográficas experimentarán sobreoferta, habrá otros en los que se seguirá construyendo y el mercado absorberá esa obra nueva.
Será fundamental el profesionalismo de los corredores inmobiliarios para analizar caso por caso y valuar conscientemente cada inmueble. Será necesario evitar las generalizaciones. Los compradores en el nuevo contexto económico se van a mover selectivamente según la bondad de cada inmueble. No todo se va a vender, no todo se va alquilar, no se convalidará cualquier precio y aquellos que sepan identificar adecuadamente las nuevas oportunidades de negocios tendrán mayores posibilidades de consolidarse en un entorno cada vez más competitivo.
Los proyectos en curso con un importante grado de avance van a seguir. Los desarrolladores son conscientes que, a pesar de la tempestad, es preferible llegar con el barco a la otra orilla (terminar el edificio) y no quedarse en medio del mar. Como dijimos antes, aquellos proyectos que no cuenten con el 100% del financiamiento para concluir, aceptarán vender unidades escuchando las contraofertas de los inversores de oportunidad.
Este, será para todos un gran aprendizaje. Queda en evidencia nuestra vulnerabilidad que deja al descubierto lo endeble que son nuestros proyectos, prioridades y planes. Se cayó la máscara con que disimulábamos nuestros egos, quedando al descubierto que todos somos iguales, que no somos autosuficientes y que solos nos hundimos. Es un tiempo para restablecer el rumbo, para elegir lo que cuenta verdaderamente, para separar lo necesario de lo que no lo es.
La nueva historia comienza a escribirse sobre una hoja en blanco, aunque resulte extraño comenzar a escribirla sobre una hoja que no está al principio del cuaderno.